Como inspectoría N. Sra. De Guadalupe, hemos adherido a la invitación que el Papa Francisco ha hecho no solo a la Iglesia, sino a toda la humanidad de establecer un PACTO EDUCATIVO GLOBAL, una alianza que mira a la educación como fundamental proceso que responda a los cambios inminentes de nuestro tiempo.

La educación es concebida por el Papa como el proceso dinámico que saca a la luz a la persona, como un acto de esperanza, una dinámica de crecimiento orientada al pleno desarrollo de la persona en su dimensión individual y social, una educación, que abre la mente y el corazón a una comprensión más amplia y profunda de la realidad, que nos impulse a superar la globalización de la indiferencia y la cultura del descarte. En fin, la educación tiene la finalidad formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna.

Para realizar este Pacto se necesita la colaboración de todos, familias, gobernantes, escuelas, instituciones, hombre de cultura, de arte, medios de comunicación, etc.

Y seguir tres pasos:

– Tener la valentía de poner la persona al centro,

– Tener la valentía de invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad y

– Tener la valentía de formar personas capaces de ponerse al servicio.

El Papa Francisco en esta convocatoria a realizar un PACTO, una alianza EDUCATIVO GLOBAL nos propone establecer 7 COMPROMISOS:

1. Poner en el centro de todo proceso educativo a la persona, rechazando la cultura del descarte.

2. Escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes, para construir un futuro de justicia y de paz, y una vida digna.

3. Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación.

4. La familia como educadora.

5. Educar para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados.

6. Encontrar, desde el estudio, otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, en la perspectiva de una ecología integral.

7. Salvaguardar y cultivar nuestra casa común, siguiendo los principios de subsidiariedad y solidaridad y de la economía circular.

La Madre Yvonne Reungoat (2019), en el texto “Luces para el Camino, PACTO EDUCATIVO GLOBAL”, presenta las siguientes luces entre el Pacto Educativo y su relación con la educación salesiana:

– Un programa que tiene en cuenta todo lo de la persona y de la educación.

– Una metodología participativa que requiere la contribución de todos los miembros de la comunidad educativa de manera sistemática y es típica del sistema preventivo que llama al corazón (amorevolezza), la cabeza (razón), y a actuar éticamente (religión) en colaboración con los otros.

– Una organización educativa que favorece el estilo sinodal, logrando la coordinación para la comunión donde todos los miembros están comprometidos a dar lo mejor de sí mismos para lograr el objetivo común que es la plena humanización de la persona y de nuestras sociedades según el plan de Dios.

Para ponerlo en marcha estamos invitados a aprovechar todos los espacios, vida y educación de forma capilar: relaciones interpersonales, familiares, escuelas, sociedades, iglesias, Estados,

varias asociaciones, organizaciones internacionales, etc. Hacer una alianza con todos aquellos que se dedican a la educación partiendo de estas convicciones es una área a realizar en los próximos años con dedicación, responsabilidad y acogiendo la llamada de nuestra madre Iglesia. https://plataformadeaccionlaudatosi.org/

Como inspectoría, hemos adherido también con gran cariño y entusiasmo a la propuesta del Papa Francisco, de conservar y cultivar la Casa Común.

La crisis ecológica tiene su raíz en la crisis humana. San Juan Pablo II llamó a una conversión ecológica global e hizo notar que se necesita mayor empeño para “salvaguardar las condiciones morales de una auténtica ecología humana”. La destrucción del medio ambiente como la destrucción humana es algo muy serio, porque Dios no sólo le encomendó el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de degradación. 

Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en “los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad”.

El Papa Francisco nos llama a desarrollar una “amorosa conciencia” de esta casa que compartimos y a actuar desde los valores en los que creemos. (Francisco, 2015, Laudato Sí’ 220) con su encíclica Laudato Sí, publicada en 2015, nos lleva a tomar conciencia de que “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una única y compleja crisis socio ambiental” (Francisco, 2015. Laudato Sí 139) y la solución requiere un enfoque integral para combatir la pobreza, devolver la dignidad a los excluidos y al mismo tiempo cuidar la naturaleza. El mundo necesita una transformación social radical, es decir, un cambio tanto en la mentalidad como en los sistemas socioeconómicos. “Todo está conectado” (Francisco, 2015, Laudato Si’ 91), al descuidar nuestra relación con nuestro divino Creador, las relaciones humanas se han decaído y nuestro mundo se ha vuelto menos estable y menos vivo, todos sufrimos, pero sobre todo los más pobres y vulnerables (Francisco, 2015, Laudato Si 139).

El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral (Francisco, 2015, Laudato Si’ 13). Por eso, en el 5º aniversario del lanzamiento de la Laudato Si’ (24 mayo 2015) el papa insiste en promover una Ecología integral, con la certeza de que avanzar juntos y en comunión es el camino para el cambio sistémico, con tal motivo, el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral lanza una plataforma sostenida por el Movimiento Católico Global por el Clima, donde se reúne el aporte de muchos sectores, familias, Instituciones educativas, entidades económicas, órdenes y congregaciones religiosas, parroquias y diócesis, hospitales y centros de salud, organizaciones y colectivos que desde su propio carisma, identidad, situación y contexto unen esfuerzos para hacer posible esta conversión a la Ecología Integral.

Como Hijas de María Auxiliadora desde el sexenio pasado, el cuidado de la casa Común ha sido una de las líneas de acción que hemos trabajado como Instituto y como Provincia; ahora nos comprometemos a ir más allá de actividades para llegar a un estilo de vida que exprese nuestra convicción de asumir como proyecto esta conversión ecológica integral.

En el horizonte de esta conversión encontramos 7 objetivos:

1. Responder al grito de la Tierra: mayor uso de energías limpias y renovables, reducción de combustibles fósiles para lograr la neutralidad de carbono, protección y promoción de la biodiversidad, acceso al agua potable para todos, etc.

2. Responder al grito de los pobres: defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte y de todas las formas de vida en la Tierra, prestando especial atención a los grupos más

vulnerables, incluidas las comunidades indígenas, migrantes, niños en riesgo y nuevas formas de esclavitud, etc.

3. Economía ecológica: producción sostenible, comercio justo, consumo ético, inversiones éticas, desinversión en combustibles fósiles y de cualquier otra actividad económica que pueda causar daño al planeta y a sus habitantes, inversiones en energías renovables, etc.

4. Adopción de estilos de vida sencillos: sobriedad en el consumo de recursos y energía: evitar los plásticos desechables, adoptar dietas vegetales y reducir el consumo de carne, hacer un mayor uso del transporte público y evitar la contaminación de los vehículos, etc.

5. Educación ecológica: revisar y redefinir los programas de enseñanza, reformar a la luz de la ecología integral las instituciones educativas con el objetivo de crear conciencia ecológica, estimular acciones concretas y promover la vocación ecológica de jóvenes, docentes, líderes en el campo de la educación, etc.

6. Espiritualidad ecológica: restaurar una visión religiosa de la creación de Dios, fomentar un mayor contacto con la naturaleza en un espíritu de asombro, alabanza, alegría y gratitud, promover celebraciones litúrgicas centradas en la creación, desarrollar enfoques ecológicos en la catequesis, oración, retiros, formación, etc.

7. Implicación de la comunidad y acción participativa: promover campañas populares y de sensibilización, promover el enraizamiento en el territorio local y ecosistemas vecinos, etc.

La participación al compromiso comunitario hacia la Ecología Integral comporta tres componentes:

Un compromiso público, (Firmar en https:// plataformadeaccionlaudatosi.org/)

el proceso de transición hacia la Ecología integral (Proyecto)

y compartir el camino (hacer públicas las experiencias significativas).

https://plataformadeaccionlaudatosi.org/

La educomunicación orienta a las comunidades educativas a asumir con mayor conciencia los aspectos comunicativos del Sistema Preventivo, a entrar de forma competente en la nueva cultura digital. La pretensión de ser educadoras y educadores no teniendo en cuenta las formas con que hoy la sociedad se expresa, las categorías mediante las cuales las personas elaboran sus propios juicios sobre la realidad, los principales lazos existenciales en el tejido de la vida cotidiana pueden llevar a restar realce a la belleza del mismo mensaje que deseamos comunicar, es decir, el Evangelio.

Por educomunicación se entiende un nuevo campo de intervención cultural y social autónomo, cuyo núcleo constitutivo es la relación transversal entre educación y comunicación. Es un campo nunca definido, sino en permanente construcción, en cuanto influenciado por el continuo proceso de cambio social e innovación tecnológica.

El término educomunicación se emplea para expresar varios conceptos, cada uno con su matriz propia: educación a la comunicación, educación para la comunicación, educación en la comunicación. 

La educomunicación se funda en la convicción de que la persona humana es un ser en relación y en la constatación de que hoy, en el campo educativo, estamos ante la existencia de un nuevo sujeto, con una nueva percepción del espacio, del tiempo y de la acción. La comunicación se entiende así, como un componente del proceso educativo, una modalidad de diálogo, una forma de relación estratégica que se establece entre la educación y la misma comunicación.

En el proceso de educomunicación, la educación es asumida como un itinerario comunicativo que tiene que construirse, analizarse y revisarse permanentemente, para que las personas se descubran como productoras de cultura a partir de la apropiación crítica de los recursos de la información y de la comunicación social.

De ahí se deriva esencialmente que la educomunicación implica, por naturaleza, la relación interpersonal, la construcción de ecosistemas comunicativos abiertos, democráticos, en colaboración, que favorecen la comunión, facilitan el aprendizaje y el pleno ejercicio de la ciudadanía.

La educomunicación, en esta óptica, es toda la acción comunicativa en el espacio educativo realizada con la intención de crear y desarrollar ecosistemas comunicativos. Es un nuevo ámbito de intervención social con un fin muy claro: poner la educación y la comunicación al servicio del desarrollo social e individual del ser humano, para construir juntos un mundo más habitable y solidario para todos. La educomunicación se caracteriza por la búsqueda permanente de respuestas teóricas y prácticas a las complejas cuestiones presentes en las condiciones de vida de la sociedad contemporánea.

Instituto de las Hijas de María Auxiliadora

Educomunicación paso a paso en la nueva cultura

Gong 4 páginas 10 y 11